Análisis de las mujeres chilenas desde un punto de vista amateur. El doctor Oscar Cristóbal escribió esto después de darse cuenta que su MP3 no tenía batería. Espero no ofender, aunque me da lo mismo en todo caso. La gente que no deja comentario está de acuerdo con el autor.
La infancia: Todos tenemos sueños, nacen los gustos, se crean las primeras parejas. El bonito con la bonita y para de contar: Esos son “los agrandados” del curso... ellos se toman la mano, sin saber que esas son cosas de grandes. Las niñas por lo general se enamoran de los artistas de TV. Mi generación por ejemplo enloqueció con Pablito Ruiz y con Luis Miguel. El primero las desilusionó con el tiempo... debido a que se le acabaron las canciones y su masculinidad. El segundo esperó ser viejo para quedarse con la mina tres mil que se comió. Actualmente esta situación no cambia mucho... la televisión influye en los gustos y el comportamiento de la gente... el amor infantil no escapa a esta regla.
Adolescencia: El la adolescencia y hablo de adolescencia desde la época en que se forman las primeras parejas de “verdad”, de esas que se dan besos con lengua y que a menudo comparten uno que otro agarrón. En ésta edad según mis estudios se pueden encontrar cuatro grandes grupos de mujeres y sus comportamientos amorosos.
Inseparables: Les gusta estar con tipos cariñosos y sentirse acogidas por él y todo su entorno. Valoran mucho las tomadas de mano y los apretujones públicos, eso no implica mayor cercanía en los momentos que los papás no están en la casa. Muchas veces llegan a ser cargantes y regalan la frase “ mi amor” al que esté de turno. Asqueando la palabra amor.
Las Malas: Está el grupo que se fija sólo en los compañeros del fondo de la sala o “populares”. Los que a pesar de no tener una cara muy coordinada tienen gran facilidad para atrapar féminas que suelen ser las más ricas del curso. Ellas buscan desafíos como: cigarros en el baño, emborracharse en plazas públicas y el primer pito de marihuana.
Las Pololas: Son esas que no pueden estar solas. Necesitan tener un pololo para sentirse vivas. Sus familias nunca recuerdan el nombre del último que se sentó a tomar once con ellos el domingo anterior.
Las Piolas: Son interesantes, pero a esta edad casi nunca se destacan por su belleza... tienen una gran madurez personal, pero no física, por lo que pasan a segundo plano en fiestas de curso y búsqueda de cazadores en los recreos. Estas minas tienen una gran ventaja, y es que cuando crecen, sobre todo después del colegio hacen al hombre cuestionarse todo el tiempo perdido al ignorarlas.
Estos grandes grupos pueden sufrir una vuelta de tuerca al presentar la posibilidad de embarazarse, esto las hace madurar de un golpe, y casi siempre quedan vinculadas a ese hombre que causó en ellas un placer que con el tiempo aprendió a caminar.
Lo anterior crea un nuevo grupo sumamente complejo (Mamás Solteras). Esta investigación tratará no hablar de ellas ya que son demasiado sensibles ante cualquier comentario.
Universitarias: Mujeres entre 18 y 22 años, muchas veces “arrastran” al pololo que las acompañó desde el colegio, pero el paso de las clases y los años hacen que ellas los abandonen, ya sea por aburrimiento o simplemente porque en las universidades la oferta es más amplia y muchas veces más interesante. Son mujeres que se enfocan en los estudios como objetivo principal, si tienen que dejar al pololo porque les interrumpe los estudios lo hacen. Hay algunas que escapan a esta regla y se quedan con el amor, pero a ellas se les suele ver lloriquear en los patios y cafeterías.
Dentro de las universitarias está el grupo de las universidades particulares. Muchas de estas mujeres piensan que están en un colegio con gente más grande, mantienen sus comportamientos y sueños de adolescencia, pero muchas quedan en el camino por falta de madurez o simplemente no les da el mate. A contar de tercer año las que continúan suelen encarrilar sus vidas y se proyectan como profesionales más que futuras madres.
Las Flytes: Éste grupo es una escoria para la sociedad, sólo saben procrear. Traen cabros chicos al mundo que el estado debe subsidiar. Espero no se confunda el término flyte con pobreza, porque no es lo mismo. Yo lo vínculo más al desinterés de aprender, trabajar y crecer en la vida, no desde un punto de vista económico, porque en estos momentos el autor de éste estudio no tiene ni un peso en el bolsillo.
Las Trabajadoras: Son aquellas de familias modestas que no cuentan con los recursos para estudiar desde que salen del colegio. Deben trabajar en diversos oficios. Están las de liceos industriales que tienen trabajos de oficina que con el tiempo las incentiva a estudiar carreras vespertinas, son muy valoradas y esforzadas.
Están las que trabajan, juntan un par de monedas y se casan. No trascienden, se mantienen en un estado de “vamos a ver lo que pasa”. No ayudan mucho a la educación de sus hijos, porque las aspiraciones educacionales escapan de su cabeza y se conforman con que el cabro chico no les salga muy tonto y esperan que no se junte mucho con los de la esquina.
Las Buena Onda: Son aquellas que van a todos los carretes, acompañan al hombre como uno más del grupo. Son buenas para los asados y hasta les gusta el fútbol. Lo negativo es que son tan buena onda que sirven sólo como amigas, porque a ellas no se les puede jugar chueco ni se puede dar el lujo de perderlas con el tiempo, ya que se transforman en confidentes y si todo se conversa bien de repente hasta la gauchada hacen.
Las fáciles: No hay fiesta en la que no salgan de la mano de alguien. Por lo general no pololean. No por falta de ganas, si no porque no dan la suficiente confianza para darles las mano a plena luz del día. De todos modos no se puede hablar mal de ellas, porque la gran mayoría de los hombres somos fáciles para besar y apretujar.
Entre los 18 y 22 años algunas mujeres ingresan a tribus que las hacen diferenciarse en su estética del resto. Están las góticas, punks y la infinidad de culturas y subculturas que nacen y se desarrollan diariamente. A pesar de todo, éstas féminas caben perfectamente dentro de los grupos de mujeres antes mencionados.
De los 23 a los 35 algunas mujeres sufren grandes transformaciones, se vuelven más calculadoras y se mezclan sus sentimientos con la necesidad de traer hijos al mundo y formar un hogar.
Recién Tituladas: Casi todo les resulta favorable, consiguen su primer empleo rápidamente. Si es que están pololeando empiezan a pensar en una familia, con la casa ya comprada y el marido ejecutivo. Debe ser un hombre que otorgue principalmente seguridad. Seguridad en sus puntos de vista, proyecciones profesionales y financieras. Éstas mujeres descartan artistas y escritores de blogs. Suelen ser entretenidas y no le hacen el asco a beber unos tragos a mitad de semana, siempre pasar un buen rato les parece un panorama imperdible.
Las Bencineras: Ellas necesitan hombres con auto, no tienen idea de lo que es un trasbordo ni una estación atochada. Van a discotecas de moda y usan pantalones a la cadera. En pleno invierno visten petos y accesorios que justifiquen su traslado. No les interesa mucho que el hombre posea una nutrida cultura general, más bien les atraen los que gastan su sueldo en tuercas, llantas y una que otra chaqueta de cuero. Suelen teñirse el pelo rubio y modifican su acento popular, por una forzada y a veces ridícula exageración de la pronunciación. Suelen ocultar o separarse de las primas gordas y parientes del sur, ya que ponen en riesgo su “mundo perfecto” manchado de aceite para motor.
Las Madres que Trabajan: Cuando se juntan con otras mujeres el tema ideal es el último peo de su cabro chico. Siempre les duele algo, porque pasaron una mala noche. Suelen regalar perfumes a sus parejas y se endeudan por la felicidad de sus crías. Pueden sufrir humillaciones laborales y amorosas, pero darían la vida por sus hijos aunque estos con el tiempo se transformen en meras esponjas de sus pulmones.
Las Dueñas de Casa: Se pueden confundir con las flytes, pero no. Hago una definición moderna de dueña de casa, la instalo dentro del grupo de mujeres educadas que dejan a un lado su vida profesional para cuidar a los niños en los primeros años de vida. Son fundamentales si Chile quiere niños que se coman toda la comida y que hagan sus tareas. Actualmente no se caracterizan por cocinar muy bien ni por el gusto por el aseo de la casa, se suelen conformar con hacerlo media hora antes que llegue el macho cansado después de un largo día laboral. Es una opción ideal para mujeres que poseen parejas con un buen pasar económico y para aquellas que no cuentan con la mamá que les cuide los retoños. Lamentablemente para muchas mujeres que quisieran estar al tanto del último capítulo de la teleserie de las 2 y media, el precio del dólar hace poco viable la emancipación de éste grupo. La gran mayoría debe ingresar al campo laboral por falta de recursos o por aburrimiento.
Las que cuentan con Nana: Se dedican a trabajar, sus hijos comen arroz con vienesa todos los días. Buscan principalmente resultados inmediatos y ante sus parejas se muestran enérgicas y decididas con sus hijos. Una vez que ellos no están se van al computador y los niños al parque... con la nana.
Las Viejas de Espíritu: Se preocuparon cuando llegaron a los 20, cercana a los 30 sufrían ataques de pánico. Hablan de la edad como lo más importante al momento de ver sus vidas, sin darle opción a esta de desarrollarse. Siempre fueron muy jóvenes para algunas cosas y cuando realmente las quisieron hacer se dieron cuenta que ya no estaban en edad para esos trotes. No aportan mucho, yo les digo “señoras” porque aunque la mayoría son solteras, se comportan como la peor de las casadas. Suelen aguar ”movidas” de sus amigas insertándoles veneno con sus filudas lenguas.
Si bien después de los 35 años también se podría hacer una gran clasificación de las características de nuestras mujeres, prefiero presentar una visión general de las féminas a partir de ésta edad. Y es que están las que por años se siguen comportando igual y siguen el mismo grupo que terminó sus estudios. Nace con el tiempo el grupo de las separadas, ellas dan para un estudio completo y complejo de las mujeres. A partir de los 35 puedo concluir que las mujeres se transforman, generando confusión en los hombres, ya que suelen desaparecer ciertos temas de sus vidas. La preocupación por sus hijos continúa aunque ya no son tan aprensivas, sí más peleadoras. Se transforman en suegras, otro grupo generoso. Lo principal y más claro que sí puedo afirmar, es que cumplen en alto porcentaje muy bien su rol de abuelas.
Espero con éste “estudio” no haber ofendido a nadie, pero es que las clasificaciones de personalidades que se encuentran en la web pertenecen a autores norteamericanos y europeos que a pesar de sus experiencias, casi nunca son capaces de comprender realidades latinoamericanas, ni menos chilenas.