lunes, marzo 03, 2008

ENTREVISTA CON UN CUPIDO


Caminaba lentamente por el Parque Forestal con la boca semiabierta, contemplando árboles y una que otra chuchería que venden a módicos precios en los bordes del camino, sobre todo los domingos.

En un instante, no sé porqué, me quedé mirando a una pareja que medio se amaba y medio peleaba... esa duda me dejó pegado a la imagen, de algún morboso modo yo tenía que saber lo que pasaba. Mientras estaba en plena deducción del problema un tipo tocó mi espalda, portaba una vieja pala de jardín. Él me preguntó qué miraba, yo no le dije nada ¡qué le importa! pensaba... ¡hola me presento! –dijo- Soy San Valentín, pero dime Valentín.

Me pareció cómico el comentario y la presentación, yo me reí y dije entre dientes ¡¡¡ahhhh yaaa!!! Yo le iba a decir que era Clos... de Pirque, pero además de fome no venía a lugar. Sé que no me crees -me dijo- pero yo sé toda tu vida, sobre todo los temas amorosos, te suena la Clau... y qué más, le pregunté. El siguió soltando información que yo ya había olvidado... a esa hora él era San Valentín o algún tipo que me andaba siguiendo desde que nací. Por salud mental seguí el juego, por si la duda me entregaba buenos dividendos.

Le pregunté que hacía esa pareja ¿pelean o se aman? Mira... ellos son la Thiare y el Lucho, él trabaja toda la semana y busca que el día domingo ella lo atienda. Como ella no está realmente enamorada, lo pesca poco y nada... él se siente frustrado y no puede hacer nada, su autoestima le impide hacerse respetar . Yo los tengo prácticamente olvidados, ya no les envío flechas. Para que sepas mi porcentaje de efectividad es mínima, por lo general me equivoco. Cómo tú ya debes saber el amor es una enfermedad muy especial que presenta síntomas cuando nos llega y cuando se va. Cuando llega nos da ánimo y la gente parece tonta es como si volaran... flotando sólo por una ilusión. Pero cuando se va se acuerdan de mí y se preguntan porqué les envíe a la persona equivocada. Ellos no se dan el tiempo de recordar los buenos momentos, las lágrimas no los dejan pensar ni recordar que alguna vez levitaron... de algún modo los comprendo, sobre todo cuando están por los suelos.

Esa me pareció una respuesta lúcida, pero si San Valentín existe, también tendría que ser verdad lo del Viejito Pascuero. Era tan lejano a la realidad ese momento que, como ya lo había escuchado, me decidí a partir. Bueno Valentín, me despido fue un gusto conversar con usted, y no se le olvide pasar por mi puerta (reí). ¡Oscar no te vayas! -gritó- yo ya me había despedido... él me seguía llamando ¿te puedo decir porqué ando por estos lados? Preguntó, alzando aún más la voz. Lo miré de reojo y escuché... no es una casualidad que estemos conversando en estos momentos... te andaba buscando. Hace un tiempo me ensañé contigo, me dio rabia que la flecha que con tanto cariño pulí para ti la hubieras despreciado de la forma en que lo hiciste... he pensado bien las cosas y ya es tiempo para que reacciones, necesito que vuelvas al estado de enfermedad clásica. ¿Para qué tanto odio y tanta basura? Esta pala me está ayudando a encontrar tu corazón. Un día salí a beber con San Sebastián y me dio por enterrar en algún lugar de éste parque tu corazón. Llevo como mil quinientos hoyos y no encuentro nada. ¿Me ayudas a buscar? En ese instante me tiritó el mentón, di un suspiro y seguí mi camino... no andaba con ganas de combatir en causas perdidas.

domingo, enero 27, 2008

MI MALA EDUCACIÓN


Iba en la vuelta mil quinientos en el carrete de la noche de navidad, estaba en mi oscuro antro de siempre. Rodrigo y Camacho estaban en plena “cacería” (búsqueda de alguna pareja) de lo que fuera o lo que sea. Bueno, antes yo era igual. Digo antes porque ahora no prostituyo el ¿bailemos? ni tampoco me urjo por no bailar... he cambiado mi táctica, ahora espero paciente que aparezca una doncella que me encante, esto lo digo de forma literal, ya que observo mucho... demasiado diría yo.

Todo estaba normal... no aparecía nadie muy atractiva, se repetían las pescadas y vampiras. Hasta de no sé donde apareció una mina hecha a la medida... tal como me gustan a mí “angélicamente mala” segura de sus actos y con una sonrisa que iluminaba las tres pistas de baile. Si a todo eso le sumamos unos resplandecientes ojos celestes, es para que Oscar Cristóbal se vuelva loco y olvide de un viaje muchas cartas, canciones y gestos amor.

Me crucé por su camino unas cuatro veces... igual ella me miraba, pero de todos modos no bastaba para sacarla a menear el esqueleto al compás de Morrisey. Pero entre tanta vuelta y vuelta en un instante chocamos de frente y le dije un casi sin aire ¿bailemos? Ella me dijo sí, pero ¿y mi amiga? En ese momento tomé del brazo a Rodrigo que pasaba por ahí y lo puse a bailar con la amiga que me podía arruinar mi jugada maestra.

Empezaron los cambios de luces, tomadas de cintura, acercamientos faciales y soplidos en el cuello... pasó un rato y su boca se unió a la mía en un beso que hace tiempo no disfrutaba tanto. Ella tenía la pasión que buscaba... los besos eran al ritmo de la música y con la fuerza de un acabo de mundo. Empezó a tocarme la espalda, luego el pecho. Pienso que andaba buscando mi corazón... yo esperaba que lo encontrara, antes del letrero de “Me Arriendo” que había puesto al salir de la universidad... yo no sabía si tocarla o no... porque como dice mi amigo Marcelo “A esos manjares no se les toca... se les ama”. Y yo como el amor lo tengo en las manos hice oídos sordos a la frase del descendiente de palestinos. Inmediatamente me puse a descubrir su curvilínea figura. Comencé con sus manos, su cintura, su cuello, su pelo... todo seguía bien, hasta que se me ocurrió tocar los orígenes de la vía láctea... no fueron ni diez segundos los que estuve en mi lujurioso viaje espacial, pero fueron suficientes, para que con cara de espanto tomara la mano de su amiga, y sin decir adiós escapara despavorida por los recovecos de mi querido antro.

Mi doncella se fue a otro reino, yo como príncipe azul seguiré buscando trabajo, mi mala educación me dejaba en medio de la pista mirando mis zapatos sin poder levantar mi cabeza... y pensar que todo esto se pudo haber evitado, si a mí no me hubiesen cortado verde.



martes, enero 01, 2008

Mujeres Chilenas... análisis general


Análisis de las mujeres chilenas desde un punto de vista amateur. El doctor Oscar Cristóbal escribió esto después de darse cuenta que su MP3 no tenía batería. Espero no ofender, aunque me da lo mismo en todo caso. La gente que no deja comentario está de acuerdo con el autor.

La infancia: Todos tenemos sueños, nacen los gustos, se crean las primeras parejas. El bonito con la bonita y para de contar: Esos son “los agrandados” del curso... ellos se toman la mano, sin saber que esas son cosas de grandes. Las niñas por lo general se enamoran de los artistas de TV. Mi generación por ejemplo enloqueció con Pablito Ruiz y con Luis Miguel. El primero las desilusionó con el tiempo... debido a que se le acabaron las canciones y su masculinidad. El segundo esperó ser viejo para quedarse con la mina tres mil que se comió. Actualmente esta situación no cambia mucho... la televisión influye en los gustos y el comportamiento de la gente... el amor infantil no escapa a esta regla.

Adolescencia: El la adolescencia y hablo de adolescencia desde la época en que se forman las primeras parejas de “verdad”, de esas que se dan besos con lengua y que a menudo comparten uno que otro agarrón. En ésta edad según mis estudios se pueden encontrar cuatro grandes grupos de mujeres y sus comportamientos amorosos.

Inseparables: Les gusta estar con tipos cariñosos y sentirse acogidas por él y todo su entorno. Valoran mucho las tomadas de mano y los apretujones públicos, eso no implica mayor cercanía en los momentos que los papás no están en la casa. Muchas veces llegan a ser cargantes y regalan la frase “ mi amor” al que esté de turno. Asqueando la palabra amor.

Las Malas: Está el grupo que se fija sólo en los compañeros del fondo de la sala o “populares”. Los que a pesar de no tener una cara muy coordinada tienen gran facilidad para atrapar féminas que suelen ser las más ricas del curso. Ellas buscan desafíos como: cigarros en el baño, emborracharse en plazas públicas y el primer pito de marihuana.

Las Pololas: Son esas que no pueden estar solas. Necesitan tener un pololo para sentirse vivas. Sus familias nunca recuerdan el nombre del último que se sentó a tomar once con ellos el domingo anterior.

Las Piolas: Son interesantes, pero a esta edad casi nunca se destacan por su belleza... tienen una gran madurez personal, pero no física, por lo que pasan a segundo plano en fiestas de curso y búsqueda de cazadores en los recreos. Estas minas tienen una gran ventaja, y es que cuando crecen, sobre todo después del colegio hacen al hombre cuestionarse todo el tiempo perdido al ignorarlas.

Estos grandes grupos pueden sufrir una vuelta de tuerca al presentar la posibilidad de embarazarse, esto las hace madurar de un golpe, y casi siempre quedan vinculadas a ese hombre que causó en ellas un placer que con el tiempo aprendió a caminar.

Lo anterior crea un nuevo grupo sumamente complejo (Mamás Solteras). Esta investigación tratará no hablar de ellas ya que son demasiado sensibles ante cualquier comentario.

Universitarias: Mujeres entre 18 y 22 años, muchas veces “arrastran” al pololo que las acompañó desde el colegio, pero el paso de las clases y los años hacen que ellas los abandonen, ya sea por aburrimiento o simplemente porque en las universidades la oferta es más amplia y muchas veces más interesante. Son mujeres que se enfocan en los estudios como objetivo principal, si tienen que dejar al pololo porque les interrumpe los estudios lo hacen. Hay algunas que escapan a esta regla y se quedan con el amor, pero a ellas se les suele ver lloriquear en los patios y cafeterías.

Dentro de las universitarias está el grupo de las universidades particulares. Muchas de estas mujeres piensan que están en un colegio con gente más grande, mantienen sus comportamientos y sueños de adolescencia, pero muchas quedan en el camino por falta de madurez o simplemente no les da el mate. A contar de tercer año las que continúan suelen encarrilar sus vidas y se proyectan como profesionales más que futuras madres.

Las Flytes: Éste grupo es una escoria para la sociedad, sólo saben procrear. Traen cabros chicos al mundo que el estado debe subsidiar. Espero no se confunda el término flyte con pobreza, porque no es lo mismo. Yo lo vínculo más al desinterés de aprender, trabajar y crecer en la vida, no desde un punto de vista económico, porque en estos momentos el autor de éste estudio no tiene ni un peso en el bolsillo.

Las Trabajadoras: Son aquellas de familias modestas que no cuentan con los recursos para estudiar desde que salen del colegio. Deben trabajar en diversos oficios. Están las de liceos industriales que tienen trabajos de oficina que con el tiempo las incentiva a estudiar carreras vespertinas, son muy valoradas y esforzadas.

Están las que trabajan, juntan un par de monedas y se casan. No trascienden, se mantienen en un estado de “vamos a ver lo que pasa”. No ayudan mucho a la educación de sus hijos, porque las aspiraciones educacionales escapan de su cabeza y se conforman con que el cabro chico no les salga muy tonto y esperan que no se junte mucho con los de la esquina.

Las Buena Onda: Son aquellas que van a todos los carretes, acompañan al hombre como uno más del grupo. Son buenas para los asados y hasta les gusta el fútbol. Lo negativo es que son tan buena onda que sirven sólo como amigas, porque a ellas no se les puede jugar chueco ni se puede dar el lujo de perderlas con el tiempo, ya que se transforman en confidentes y si todo se conversa bien de repente hasta la gauchada hacen.

Las fáciles: No hay fiesta en la que no salgan de la mano de alguien. Por lo general no pololean. No por falta de ganas, si no porque no dan la suficiente confianza para darles las mano a plena luz del día. De todos modos no se puede hablar mal de ellas, porque la gran mayoría de los hombres somos fáciles para besar y apretujar.

Entre los 18 y 22 años algunas mujeres ingresan a tribus que las hacen diferenciarse en su estética del resto. Están las góticas, punks y la infinidad de culturas y subculturas que nacen y se desarrollan diariamente. A pesar de todo, éstas féminas caben perfectamente dentro de los grupos de mujeres antes mencionados.

De los 23 a los 35 algunas mujeres sufren grandes transformaciones, se vuelven más calculadoras y se mezclan sus sentimientos con la necesidad de traer hijos al mundo y formar un hogar.

Recién Tituladas: Casi todo les resulta favorable, consiguen su primer empleo rápidamente. Si es que están pololeando empiezan a pensar en una familia, con la casa ya comprada y el marido ejecutivo. Debe ser un hombre que otorgue principalmente seguridad. Seguridad en sus puntos de vista, proyecciones profesionales y financieras. Éstas mujeres descartan artistas y escritores de blogs. Suelen ser entretenidas y no le hacen el asco a beber unos tragos a mitad de semana, siempre pasar un buen rato les parece un panorama imperdible.

Las Bencineras: Ellas necesitan hombres con auto, no tienen idea de lo que es un trasbordo ni una estación atochada. Van a discotecas de moda y usan pantalones a la cadera. En pleno invierno visten petos y accesorios que justifiquen su traslado. No les interesa mucho que el hombre posea una nutrida cultura general, más bien les atraen los que gastan su sueldo en tuercas, llantas y una que otra chaqueta de cuero. Suelen teñirse el pelo rubio y modifican su acento popular, por una forzada y a veces ridícula exageración de la pronunciación. Suelen ocultar o separarse de las primas gordas y parientes del sur, ya que ponen en riesgo su “mundo perfecto” manchado de aceite para motor.


Las Madres que Trabajan: Cuando se juntan con otras mujeres el tema ideal es el último peo de su cabro chico. Siempre les duele algo, porque pasaron una mala noche. Suelen regalar perfumes a sus parejas y se endeudan por la felicidad de sus crías. Pueden sufrir humillaciones laborales y amorosas, pero darían la vida por sus hijos aunque estos con el tiempo se transformen en meras esponjas de sus pulmones.

Las Dueñas de Casa: Se pueden confundir con las flytes, pero no. Hago una definición moderna de dueña de casa, la instalo dentro del grupo de mujeres educadas que dejan a un lado su vida profesional para cuidar a los niños en los primeros años de vida. Son fundamentales si Chile quiere niños que se coman toda la comida y que hagan sus tareas. Actualmente no se caracterizan por cocinar muy bien ni por el gusto por el aseo de la casa, se suelen conformar con hacerlo media hora antes que llegue el macho cansado después de un largo día laboral. Es una opción ideal para mujeres que poseen parejas con un buen pasar económico y para aquellas que no cuentan con la mamá que les cuide los retoños. Lamentablemente para muchas mujeres que quisieran estar al tanto del último capítulo de la teleserie de las 2 y media, el precio del dólar hace poco viable la emancipación de éste grupo. La gran mayoría debe ingresar al campo laboral por falta de recursos o por aburrimiento.

Las que cuentan con Nana: Se dedican a trabajar, sus hijos comen arroz con vienesa todos los días. Buscan principalmente resultados inmediatos y ante sus parejas se muestran enérgicas y decididas con sus hijos. Una vez que ellos no están se van al computador y los niños al parque... con la nana.

Las Viejas de Espíritu: Se preocuparon cuando llegaron a los 20, cercana a los 30 sufrían ataques de pánico. Hablan de la edad como lo más importante al momento de ver sus vidas, sin darle opción a esta de desarrollarse. Siempre fueron muy jóvenes para algunas cosas y cuando realmente las quisieron hacer se dieron cuenta que ya no estaban en edad para esos trotes. No aportan mucho, yo les digo “señoras” porque aunque la mayoría son solteras, se comportan como la peor de las casadas. Suelen aguar ”movidas” de sus amigas insertándoles veneno con sus filudas lenguas.

Si bien después de los 35 años también se podría hacer una gran clasificación de las características de nuestras mujeres, prefiero presentar una visión general de las féminas a partir de ésta edad. Y es que están las que por años se siguen comportando igual y siguen el mismo grupo que terminó sus estudios. Nace con el tiempo el grupo de las separadas, ellas dan para un estudio completo y complejo de las mujeres. A partir de los 35 puedo concluir que las mujeres se transforman, generando confusión en los hombres, ya que suelen desaparecer ciertos temas de sus vidas. La preocupación por sus hijos continúa aunque ya no son tan aprensivas, sí más peleadoras. Se transforman en suegras, otro grupo generoso. Lo principal y más claro que sí puedo afirmar, es que cumplen en alto porcentaje muy bien su rol de abuelas.

Espero con éste “estudio” no haber ofendido a nadie, pero es que las clasificaciones de personalidades que se encuentran en la web pertenecen a autores norteamericanos y europeos que a pesar de sus experiencias, casi nunca son capaces de comprender realidades latinoamericanas, ni menos chilenas.

domingo, diciembre 02, 2007

LOS GALLINEROS


En el campo a eso de las seis de la mañana se escucha la primera canción del gallo, con el sonido el sol se levanta a trabajar y las gallinas están listas para empollar y entregar el huevito matinal, que a la copa o frito termina en mi panza con un trozo de pan amasado.

Eso es en el verano, porque durante el resto del año vivo en Santiago, donde el gallo es mi celular y el que se levanta a trabajar soy yo. Por cosas técnicas el gallinero no está en mi casa. Actualmente es el metro, y no lo digo por menospreciar al tren subterráneo, si no porque en la hora punta las gallinas de terno y corbata están colgadas de sus fierros sin el ánimo de despertar. Por lo general están con los ojos cerrados como soñando estar en la mejor de las camas de agua de algún motel de 50 lucas. Otras han peinado sus plumas con el más endurecedor de los geles, otras arreglan sus uñas con limas de cartón que han cumplido hace tiempo su vida útil.

Éste gallinero es diferente a los del sur, porque en estos también hay murciélagos que cuelgan de los postes, no patas arriba, simplemente sus caras son igualitas a Batman por no decir a la del “Murci Rojas”. Derrepente aparecen gallinas preciosas que cuando el calor agobia se quitan plumas, distorsionando los ojos de gallos flytes, cuicos y uno que otro disimulado con gafas oscuras.

En el campo el granjero abre las puertas para que las gallinas caminen libres por el prado. En Santiago se escucha una voz que dice “Estación terminal todos deben descender”, en ese momento, como si al final de las escaleras existiera una torre de harinilla, las gallinas corren y se empujan para encontrarla... como las gallinas tienen un cerebro pequeño se les olvida que al subir las escaleras no hay comida ni un verde prado, simplemente se encuentran con otras jaulas que alguien pinto blancas con rayas verdes.

martes, noviembre 20, 2007

"PATAS NEGRAS"... CORAZÓN ARDIENTE


Un par de veces en mi vida me ha tocado el destructivo rol de “patas negras”, o amante para que se entienda mejor. Pero aunque siempre he tenido claro que las personas que me han dado la mano estando con otros oficialmente comprometidos, no caminan conmigo con la conciencia muy limpia, y sus pasos van detrás de la sombra del remordimiento siempre latente de ponerse en el lugar del "venado", como si él realmente les importara. Por mi parte yo como soy para estas cosas del amor un poco o más bien bastante estúpido, acuno en mí, siempre una ligera esperanza de gritar mi lujurioso amor a los cuatro vientos.

El amor hace que uno se olvide de los dimes y diretes del resto, de eso de la mala reputación y del porqué ella, si hay tanta minita suelta sin un macho que le haga cosquillas... yo no les puedo responder a esa interrogante y debe ser por lo que escribí hace tiempo, eso de “me gusta tomarles la mano, pero me aburro ligerito”. Claro, me aburro de las que me quieren y me entregan su tiempo y preocupación... me gusta más que me traten mal y que todo sea en el lugar y tiempo que ellas designen. Quizás en mi otra vida fui un perro domesticado que corría donde su amo después de la fleta que me ganaba por ladrar toda la noche, aunque fuera el más fiel de sus animales.


Talvez me ha gustado el rol de amante porque los besos cuenteados penetran más que una lengua en las amígdalas, y se disfruta más el leve roce de los labios que un beso que se pierde entre tantos otros. Creo que para mí así funcionan las cosas... mientras más difícil mejor, mientras menos segundos con ellas más aire respiro, mientras más las odio más la quiero, más le doy... más sangre pierdo, de esa sangre roja furiosa, que sólo tienen los amantes que se besan de cuando en vez... camuflados en un vagón del metro.

miércoles, octubre 31, 2007

EL ÚLTIMO SUSPIRO


Y ahí estaba yo... dando las últimas patadas a la vida. Rojo de asfixia y con los ojos apunto de salir expulsados al mundo. Sentía el miedo inevitable de terminar con mi vida. Ya lo había pensado, planificado y fríamente calculado... con una cuerda que ocupan mis pequeñas vecinas para saltar me abrazaría el cuello con ternura enferma.


Ya era tiempo de conocer la muerte... de abandonar a mis cercanos... de descansar. No de los problemas ni del trabajo... sólo me eliminaría a mí, a mi inconsciente que cada vez está más conciente. Eliminaría para siempre a esa voz que marca las pautas de las cosas que hago y de las que dejo de hacer.



Ya quedaba poco... no veía ninguna luz ni escuchaba ningún sonido. Al contrario, los rayos de sol que rebotaban en el espejo ya no eran llagas para mis ojos. Ya no escuchaba nada, porque la tibia sangre que comenzaba a brotar de mis oídos hacían estéril mis esfuerzos por sentir alguna balbuceante ayuda. No llego nadie a mi último suspiro. Ya era tarde, se había doblado mi cuello con el peso de mis ideas... y enrojecido mi cuerpo de vergüenza ajena.

viernes, octubre 12, 2007

LAS CUCARACHAS SABEN A ACEITUNAS


Nadie sospecharía que un pollerúo como yo vivió un mes lejos de la casa familiar, pero sí. Por esas cosas de las peleas entre hermanos un día tomé mis pertenencias que comenzaban y terminaban con la palabra cama... y me marché.

Cambié el lejano Puente Alto por un céntrico callejón en la intersección de San Isidro con Santa Isabel, ese no es un barrio muy bonito, más bien parece una replica pirata del lejano oeste... pero bueno, era lo que me alcanzaba y no me podía quejar. Tenía 2.5 metros cuadrados para mi solito.

Pensé una tarde, mientras miraba el techo que sería bueno invitar a una dama a mi palacio, pero las ganas se me quitaron rápidamente cuando vi la decoración, que era útil, porque servía para ocultar las grietas en las murallas.

Como solitario que estaba no había otra cosa más que comer. Así conocí una pizzería en la calle Lira... eran exquisitas, ni parecidas a esas que hacen por mayor en los patios de comida rápida. El asunto es que un sábado no fui capaz de terminar con la pizza familiar que me compré, y como un soltero no puede derrochar la comida, la guardé en su cajita y la puse debajo de la cocinilla.

Salí esa noche y al volver de madrugada una hilera de cucarachas me dieron la bienvenida, estaban milícamente formadas y vestidas con su sobrio y característico traje negro. Las miré con asco, pero había tomado unas copas demás por lo que me fui a acostar rápidamente para que la casa de dejara de mover.

Al despertar lo de costumbre, un dolor de cabeza y una sed de moribundo en el desierto... y como ya era hora de almuerzo pensé en terminar la pizza, ni siquiera me detuve a verla ni tampoco a calentarla. Lentamente mastiqué la masa y sus ingredientes para encontrarles algún sabor. Cuando terminé, una imagen apareció por mi cabeza. Era la fila de cucarachas que me saludaron en la mañana, ésta vez no las vi en el pasillo ni tampoco convirtiéndose en Gregor de “metamorfosis” , si no que las imaginé entrando en la caja de la pizza... traté de no ver el envoltorio cuando lo fui a botar... sólo traté de pensar, y hasta el día de hoy... que las cucarachas tienen sabor a aceitunas. ¿ y por qué no? si las mariposas saben a papas fritas.